viernes, 24 de febrero de 2012

LA ESPERA


La espera

“En tu mano están mis tiempos”. Salmo 31:15
 
 Es fácil confiar cuando las cosas llegan en el tiempo que las esperas, en el tiempo que consideras  prudente,  y eso que anhelas se da en el momento  que estas por renunciar.
El problema nace cuando eso que tanto deseas que se concrete,  esa respuesta que necesitas para poder continuar, lo que consideras que sería el motor que te impulse a seguir confiando, seguir creyendo, no llega.

Como mamá puedo entender por qué muchas veces Dios dice: “ahora no”, “todavía tenes que crecer “, “ahora no necesitas aquello, necesitas esto que  te estoy dando”…

A Mati le cuesta mucho sentarse para comer, el siempre está ocupado, a full. Tiene tantas cosas por descubrir, por aprender, tiene tantas ganas de jugar, que nunca tiene tiempo para sentarse, hay que amenazarlo para que se siente, y hacer piruetas para que coma, el tiene que aprender  que ese  es el tiempo de estar en la mesa y alimentarse para poder tener energías para lo que se viene.

Y  cuando comprende eso, come  con entusiasmo,  conversa conmigo, hace de ese tiempo  un tiempo especial, no lo considera una posta para poder seguir haciendo lo que quiere.

Pero eso sucede solo cuando capta que el tiempo en la mesa, alimentándose, es lo que le va a permitir crecer, que el tiempo en el que charla con mama, que se ríe con ella, el tiempo en que nos miramos cara a cara y él me pregunta y yo le contesto, solo él y yo, es cuando puede comprender porque todavía no es el  tiempo de que llegue aquello. Ahí comprende, en la mesa, cuando somos el y yo…y amo ese momento en que me disfruta.

Porque me presta atención, entiende que para algunas cosas todavía hay que crecer, ahí se da cuenta que si quiere caramelos, primero hay que comer  la comida que mama preparo especialmente para él, porque tiene todos los ingredientes que el necesita para hacerse grande, para ser como papá y  hacer todo eso que ahora no puede.
Y  él me dice: -pero ya soy grande mamá! Y lo mira a Adrián, su papá y se da cuenta que todavía falta un tiempo para ser como él.  

Hoy le compre una tacita y un platito nuevo, y desde la mañana temprano que me está pidiendo que le prepare el almuerzo,. El descubrió una manera nueva de sentarse a la mesa, preparó su mantelito y  no ve la hora de utilizar esos utensilios que le regalé.
Descubrir los utensilios, los dones, los talentos que Dios te dio es una herramienta para acercarnos con naturalidad y facilmente a Su presencia.

TIEMPO DE ESPERA…PUEDE SER UNA TORTURA O EL TIEMPO MÁS ESPECIAL. PODES LLORAR Y BANCARTE ESE TIEMPO COMO UN NIÑO CAPRICHOSO, O PODES APROVECHAR LO PARA HACER LO QUE NO PODRÍAS EN OTRO MOMENTO, PARA  INTROSPECCIÓN,  PARA PASAR TIEMPO CON TU PADRE Y DELEITARTE EN SU MESA.

A veces me muero de ganas por  comprarle ese juguete que tanto me pide, pero tiene que crecer, tiene que aprender que no todo en la vida es en el momento que el desea, porque si no lo aprende va a sufrir mucho.  Y a veces no se lo voy a comprar, el tiene que aprender a ser feliz con lo que tiene,  con lo que sí está preparado para manejar, con lo que se no va a romper y se pueda lastimar, porque hay cosas que son muy valiosas que  no está preparado para tener en sus manos, porque no comprende su valor.
Tiempo de espera… podes angustiarte  por lo que no tenes, por lo que crees que te falta, o podes disfrutar de lo que está en tus manos, de lo que Papá ya te dió, hasta de descubrir  tesoros escondidos.

PODES HACER QUE SE CONVIERTA EN UN INTERMINABLE STANDBY. O RECORRER  ATENTO  A TODO LO QUE TE OFRECE EL CAMINO HACIA EL CUMPLIMIENTO DE LA PROMESA.

Con amor, Anabella

No hay comentarios:

Publicar un comentario