ESCUCHANDO EL ARRULLO DE PAPÁ

Escuchando el arrullo de Papá

Salmo42: 8. Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.

Que importante es sentirnos seguros y relajados cuando vamos a descansar, más aun si es de noche…

Nos despertamos contracturados, Vivimos contracturados, con la mandíbula adolorida y el ceño fruncido.

Pagamos al masajista para que nos saque el dolor, nos quite las contracturas producidas por el mal descanso y la ansiedad del diario vivir y trabajamos y nos contracturamos por la ansiedad que nos produce tener que pagar al masajista y todo lo que consumimos para que le dé sentido a tanto esfuerzo.

hace unas noche miraba a mile...a ella le encanta dormirse upa mío porque yo le canto

Ella se viene upa, pero no cierra los ojos hasta que yo comienzo a cantar

y cuando le tarareo ahí cierra sus ojitos y se duerme

y hasta el otro día a las 12 no se levanta!

Ella descansa.

Si pudiéramos escuchar el arrullo del señor..a Él cantándonos: yo tengo todo planeado para vos...descansa en mis brazos, nada se escapa de mi mirada y de mi plan

Que tranquilos descansaríamos….

si aprendiéramos a estar callados en su presencia, solo escucharlo

Escuchar su voz de amor, y sentir su mirada deleitándose en nosotros

Si pudiéramos sentir sus caricias mientras estamos en su regazo, que tranquilos viviríamos

yo se que nada le trae mas tranquilidad a mile que estar en mis brazos...

Si yo estoy, ella no necesita nada mas

así deberíamos ser con nuestro Papa

Estos días Mile y Mati estuvieron con angina herpética, o sea, se le lleno la boca de herpes, dolorosísimo!!!

Pero cada vez que les dolía ellos corrían a mis brazos, y yo los abrazaba y les acariciaba la carita, donde les dolía...

y mágicamente se les pasaba…

Las manos de una madre son mágicas!!!! Cuanto más las de Papa.

CUANTO MAS ,SU VOZ NOS PUEDE CALMAR, CONSOLAR, SANAR…TE INVITO A QUE DISFRUTES DEL REGAZO DE NUESTRO PADRE…Y QUE ESTES ATENTO A SU MUSICA, A SU CANTO DE AMOR, A SU ARRULLO QUE TRAE LA PAZ QUE BUSCAS…

CON AMOR, ANABELLA